Obertura 1
La babeldelmangle es un monstruo anfibio. Aunque lo de anfibio redunde en su monstruosidad, el amasijo acuático la señala. Como todo monstruo, en ella se precipita una intrigante ambigüedad, una perturbadora simultaneidad. Nuestra amistad es también el trazo de esta monstruosidad compartida que adquiere su mejor forma en su nombre. Es una incomodidad que escribe en el cuerpo de quien la contemple. Y un ahogo que además malea su capacidad verbal. Se nombra a sí misma babel porque minúscula (de qué otra manera podría percibirse), y en medio de una alharaca tremenda e inconsecuente, levantó sus ojos sin párpados. Del mangle es su imposible torre porque insiste en que no es manglar lo que la sostiene sino el palo de mangle. Se aferra a una liana, bejuco o garabato que serpea tieso en el litoral. Claro que esa liana es todo el manglar, me dice, pues ¿dónde termina el mangle? y ¿dónde comienza el manglar? Ese ramaje se amarra a los otros y en la trabazón no es posible distinguir ya l