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Mostrando las entradas de diciembre, 2006

Fragmento b

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Un monstruo antillano entre visto. (Reproducción de MotetedeIndias. Se han respetado los rasgos ortográficos del documento original.) La babel del mangle: …fue por casualidad que su amigo topó conmigo. Cuando se le quite el pendejismo invítarlo a pasar de nuevo. Dígale que no sea mamao. Yo no lo he hice nada aunque a usted se le puede… Novás: A lo nuestro. ¿Cómo se entera de su existencia, de su condición? LBM: Una tarde la marea alta arroja al sumidero que hospeda mi cueva y mi cruz un pedazo de papel de aluminio. Una de mis patas lo jala para acá y allí aparece esto que usted cree ver. Podría ser un database tropical pero no. Soy un compuesto atroz de maquinaria, conductividad y crustáceo. Fíjese que hay una varilla y un tubo repleto de cables atravesando lo que se llama, por decirlo de algún modo, mi pámpana. Con el tiempo descubrí que el sumidero es mejor vertedero y lo que creo es mi cueva es también la base de un transformador y el resto de un poste todavía atado al ten

Nada que darte, mijo

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(Motete, andas medio sentimental lately. Guárdame eso ahí. Ciao. LBM) Autocrítica de arte Iván de la Nuez (Tomado de Babelia , El País 9 de diciembre de 2006) Disparar contra el arte contemporáneo: he aquí un deporte de práctica creciente en los últimos años. Como se da por sentado que ese arte puede soportarlo todo, se le supone bien guarecido en sus fortines, desde el otro lado de la muralla entonces el asedio es aún más recio y amenazante. Los portavoces de estas críticas son tan diversos como sus conocimientos sobre el tema que abordan. Pueden llamarse Jean Baudrillard o Robert Hughes; Mario Vargas Llosa o Donald Kuspit; James Gardner o Julio Llamazares. Todos ellos, y muchos otros, han coincidido en denostar del arte contemporáneo su frivolidad, su posición marginal en el discurso intelectual, su adicción a las subvenciones públicas, su confusión entre estética y política o su estatus fantasmagórico (algo lógico, pues de un arte que se proclama muerto ya sólo pueden quedar espect

Obertura 4

(El anacronismo de lababel es contemporáneo de esta bitácora. Sigo en el acopio de sus garabatos, sus huellas, sus marcas en nuestro cuerpo. Por ahí anda en silencio. En cualquier momento le da conmigo.) Fragmento a JC Lojendio, atiende esa mano del sonero. Lo que hay allá en el mangle, sumergido, enmarañado entre cables y detonaciones eléctricas es una creatura que conoce en su cuerpo la barbaridad. Su ruido es insoportable, su belleza abruma, su mirada desquicia. La bestiezuela padece en su mirar y sobre ella simultánea desciende toda esta conversación como la información que nos recorre a diario. Tiene carapacho y se toca los ojos con la boca. Si sonríe nada existiría y comenzaría idéntica esta conversación pero con otro tono. De igual manera, si el sonero deja de chasquear los dedos Perico recupera la escucha, la máquina pierde su ruta y su poder, nunca lo arrollaría. Ambos están enterrados, sumergidos en el mal, en el mar. Que descansen en paz, e bueno.