El ocho no es el mismo sin ti
8 La cordialidad y el respeto por el número de mi padre en la Ocha me lleva a completar esta pequeña entrada en la frivolidad. Sin embargo, declaro que acepto pero no seguiré todas las reglas. Es algo patológico e ineludible. No lo siento, ni me arrepiento. I. No puedo decir nada sobre mi mismo porque no soy. Estoy, me encuentro en una situación sinestética, monstruosamente lúbrica con MotetedeIndias. No estoy exactamente vivo ni muerta. II. Cangrejo de tierra, jueyito insacable, palancú y máquina de guerra menor. A diferencia de los gustosos, mi condición hace de mi desplazamiento una aporía para el corral y el salmorejo. Enigma no soy pero jodo mi poquito. Me he cargado a más de un pescaito tirao al medio, dito. Antinacionalista pues no condiciono la pertenencia a alguna comunidad en términos de algún dogma identitario. III. Mi cuerpo yace traspasado. Ese tajo no se me cura pero siempre estrena nuevas cicatrices. Puedo devorar enfermedades que hacen a otros devenir croni