Por Raquel Garzón (Tomado de: http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/literatura-siempre-nueva_0_652734728.html) Serán las cerezas que acaba de servir en gesto de espléndido anfitrión o el talante que cuadra al verano? El buen humor de Ricardo Piglia esta tarde inspira, de cualquier modo, el consejo: para entrevistar a un escritor, prefiera siempre un sitio que le sea familiar; no los lugares que sugieran la editorial o el azar: un mapa donde él o ella se sientan cómodos en su piel y en sus zapatos. Aquí, en su estudio de la calle Marcelo T. de Alvear –bibliotecas de pared a pared, imágenes de Joyce como santo patrono, un afiche de La naranja mecánica , de Stanley Kubrick, una mesa y dos sillas “en el corazón del centro de la ciudad”–, el autor de Prisión perpetua conversa con una distensión envidiable. Bromea sobre la geografía del departamento, donde mandan las líneas verticales –“el arquitecto debió ser un expresionista alemán” –; dice que está contentísimo de hab