Parece tu isla pero es la otra
En un país donde los escritores califican como artesanos al servicio de la Cultura Nacional, o donde se comportan como atletas del Mercado, aceptado que sus libros - publicados en editoriales europeas - no se publiquen ni circulen en el propio país; es obvio entonces señalar que es la propia literatura quién, en cada caso, responde; y responde desde ese “terror” que Pasolini menciona y que no apunta sólo contra “razones de Estado”.
Al forjar su propio estilo - menor, extrañamente político y resueltamente post-nacional -, una literatura deplazada apunta también contra aquellos que, por cobardía o por estar tozuda o cínicamente arrimados a la maquinaria del Poder, sostienen dichas mismas razones disfrazadas de folklorismos, arcadismos y neomarxismos.
Pedro Marqués de Armas
Uno sabe que ha nacido y crecido en un sistema totalitario un poco tarde en la vida. Cuando se es pequeño, y aún cuando se es joven, nadie vincula los metros cuadrados de su casa con alguna realidad política. Si nuestra casa mide 20 metros cuadrados, eso está mal o está bien en términos absolutos de realidad, pero no inferimos de nuestra relación con el espacio valores de civilidad, cultura o espiritualidad.
Por otra parte, no se puede negar que un sistema totalitario, si a algo se parece, es a la propia Naturaleza. Ahí están las abejas para explicarlo. Pero su mundo es tan perfecto, tan cerrado en sí mismo, que no necesitan explicar absolutamente nada acerca de la pertinencia ontológica de su mundo. Y ese mismo silencio se espera de las colmenas humanas.
La sorpresa de que uno ha desperdiciado su vida en algún proyecto general y sin sentido aparece tarde en la vida.
Es junto con las primeras arrugas que uno toma la extraña decisión de pensar que aquello que ha vivido no ha sido exactamente la vida. Y este tipo de metafísica, esta brecha que aparece entre uno y la realidad, concierne también a un proceso natural de envejecimiento inherente a un sistema totalitario. La idea de que la vida se te ha ido es medible directamente en la escala utópica. Por eso el sentimiento de decepción tan típico en dichos sistemas, por eso la gente en tales sistemas evalúa su vida en términos históricos, como si hubieran vivido contrastados en escalas suprahumanas.
Rolando Sánchez Mejías
Pasee con cuidado por aquí: http://www.habanaelegante.com/SpringSummer2006/VerbosaDos.html
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