seguir siendo otra cosa
ESCRITOR Y OFICIO
De día vivo y de noche leo.
De día vivo, de noche muero.
De día escribo, de noche escribo
otra cosa, la que leo y releo,
la que de verdad veo en el corazón
que, entre sístole y diástole,
me acusa y me dice:
"De día eres nadie.
Paseas por la calle y tu cuerpo es humo,
tu mano humo, tu boca humo.
Te desgranas en papeles y facturas
y sólo la fractura de tu mano,
convulsa entre dos escrituras,
y el esqueleto, lumbre o augurio de tus pasos,
atina decirte que puedes ser otra cosa,
volver a ser otra cosa,
seguir siendo otra cosa."
De noche tampoco.
De noche la cultivas, le echas agua,
la alimentas pero no haces nada.
La miras, la redondeas, la vigilas,
la acaricias, le temes y le dices:
"Niña, de día estás tan sola.
Eres nadie, en verdad, de día.
Podrías coger la pluma y volar y la entierras
como si fuera todo un pájaro ella sola."
Vanessa Droz, Vicios de ángeles y otras pasiones privadas. Edición de la autora, San Juan, Puerto Rico, 1996.
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