Cruce - Libro del sigiloso
Reseña: Libro del sigiloso, Juan Carlos Quintero-Herencia
El ser “sigiloso” implica, por definición, ejercer cautela y ser capaz de ejecutar una serie de movimientos calculados para desaparecer de súbito. El sigiloso ensaya en este singular libro el lenguaje y la simbología del escape, de hurtarle el cuerpo al peligro. Es decir, se trata de salvar escollos y amenazas para llegar a un espacio, no necesariamente geográfico específico o abstracto, donde ponerse a salvo; siempre y cuando “a salvo” no implique una supuesta “salvación” dada por la pureza o el arrepentimiento.
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En el segundo poema del libro, el sigiloso, en tanto presencia propiciadora o dadora de lenguajes o intuiciones/mapas/rutas de escape adquiere la forma de un visitante que posee al hablante enrareciéndole su percepción de lo real e invitándolo a ver de otra manera lo circundante. En otro poema el sigiloso-estratega es una forma esporádica del lenguaje concebido como espora coralina e intermitencia/fugacidad al mismo tiempo.
¿Pero de qué se cuida, se muestra sigiloso ese el hablante en búsqueda del lenguaje del desplazamiento y la fuga que le permitan sobrevivir? En su desplazarse el sigiloso, cambiando siempre de apariencia, rumbo y lenguajes, encuentra y procesa múltiples escenarios o experiencias. Entre ellas pueden contarse la experiencia amorosa (ya sea como pérdida, traición o cueva de la alegría), la posibilidad de una existencia alejada del púlpito de los héroes, la envidia, el placer del cuerpo, la música o la vivencia de la santería.
Como el mangle del litoral y ese cangrejo que, no por accidente, se asoma en la portada y contraportada del poemario, el sujeto del deslizamiento engulle, traga veneno y toxinas pero no muere. Por el contrario, su labor es de escupir lo tóxico y purificar (hacer gozo, no religión) lo que lo contamina.
El itinerario del desplazamiento del sujeto poético sigiloso también emerge en el epígrafe que abre el poemario. También se lo encuentra figurado en las notas al pie de cada poema que proveen la fecha y el lugar de su composición entre Puerto Rico y distintas ciudades de los Estados Unidos como Silver Spring, Providence y otras. Al así constarlo, la poética del desplazamiento del sigiloso se propone más que como una pregunta-problema sobre la pertenencia y o el lugar de origen fijos, como una intermitencia del viajar.
“La lejanía no es con exactitud una cuestión de lugares,
con exactitud nada tiene que verse en la lejanía,
la lejanía no es un problema para los instrumentos del medición,
la lejanía es una criatura de lo dilatante…”
Lista de imàgenes:
1. The casting of the spell, Wilfredo Lam, 1947.
2. Zambezia, Zambezia, Wilfredo Lam, 1950.
3. The Oracle of the Green Bird, Wilfredo Lam, 1947.
4. The Witness, Wilfredo Lam, 1968.
5. Lisa Mona, Wilfredo Lam, 1950.
6. The Jungle, Wilfredo Lam, 1942-44.
Tomado de Cruce - Libro del sigiloso