Radical-Izarse
Radical-Izarse: Preguntas tras los eventos electorales del 2016 en Puerto Rico y los
Estados Unidos
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Juan Carlos Quintero Herencia
Hoy la amenaza no es la pasividad, sino la pseudoactividad,
la urgencia de “estar activo”, de “participar”, de enmascarar la vacuidad de lo
que ocurre. Las personas intervienen todo el tiempo, “hacen algo”, los
académicos participan en debates sin sentido, etc., y lo verdaderamente difícil
es retroceder, retirarse. Quienes están en el poder suelen preferir incluso una
participación 'crítica', un diálogo, al silencio —para embarcarnos en un
“diálogo”, para asegurarse de que nuestra ominosa pasividad está quebrada—. En
esta constelación, el primer paso verdaderamente crítico (“agresivo”, violento)
es abandonarse a la pasividad, rehusarse a participar; éste es el
necesario primer paso que esclarecerá el terreno de la verdadera actividad, de
un acto que cambiará efectivamente las coordenadas de la constelación.
Slavoj Zizek, La suspensión política de la ética. 2005.
I
Creo
que quienes deseamos construir una alternativa de vida y existencia
democrática, justa, heterogénea y por qué no, sabrosa, donde quiera que estemos,
podríamos aceptar la futilidad de lo que parece ser la cristalización
autocomplaciente, entre la izquierda, de un dispositivo consensual de la
política hegemónica. Me refiero a un modo de presentar y auto-representar lo
radical como un modo salvar la vida y la equidad ante los días que corren.
Esta manera de presentarse recorre no pocas izquierdas y parece ser la bisagra
mediática donde se articulan “sus alternativas”. ¿No será este gesto, y toda la
prisa y mordacidad que ya lo acompañan, la firma misma de su cierre ético e
intelectual ante la crisis aguda que experimenta la vida democrática hoy? ¿La
negativa a aceptar y paladear la complejidad del asunto? ¿El tejido retórico de
una desesperación “auténtica” pero igual intransitiva?
Habría
que atravesar hasta sus últimas consecuencias y hacer silencio ante lo que parecer
ser una demanda absoluta: Ese continuo acto de demostración e inventario de
quién es de verdad-beldá-VERDAD, radical, de izquierdas, progresista. La
búsqueda de modelos de “acción” fuera y dentro de Puerto Rico antes de
concertar una pausa, un silencio y recomenzar con otros modos de
“participación”, tal vez otro tipo de conversación, con aquellos que no sean
los mismos de siempre. Ese identificar primero, siempre primero, a los
que son bona fide, de los nuestros, a los que son de la mata, a los “imprescindibles”,
los que siempre están ahí, en la
lucha. ¿Qué se está jugando de veras con este gesto? Una hipótesis. La
absoluta certeza de que lo radical es evidente, obvio, que esta es la forma
superior de hacer política y que sólo exhibirla decidirá las batallas
democráticas. En demasiados intercambios, este tic nervioso, ensimismado, se
reproduce sin pausa y sin reflexión alguna. Eso sin contar el emplegoste que
hace con todo tipo de nostalgias, supremacismos morales, síntomas, queda(eras) y,
por supuesto, no pocos y muy reales dolores y miedos.
¿Por
qué no abandonar este gesto eminentemente identitario? ¿Por qué no tratar otras
cosas fuera de ese modo “atrincherado” de pensar y actuar dizque políticamente?
Pensar esta “manía” desesperada y resentida, no es meramente escoger un mejor
“tono”, ni ensayar una llamada al orden o a la racionalidad justiciera. Se
juegan muchas cosas ahí, entre ellas y no es poca cosa, no replicar lo peor
del adversario hegemónico. Estas preguntas tampoco significan que se
“condena” o se “repudia” lo que diversos sujetos ya han decidido hacer, haremos
y harán en las calles y en otros espacios. Tampoco creemos que la crítica en
tiempos de crisis o de derrota contribuya a “nuestra debilidad”. Una cosa no
quita la otra o ¿ya la izquierda no puede mascar chicle y subir escaleras a la
misma vez? Urge, más temprano que tarde, que experimentemos este
silencio que antecede y recorre todo cambio traumático y toda crisis, sobre
todo ahora que se aproxima, entre otras pesadillas posibles (y hasta peores),
una nueva efervesencia anti-intelectual. Como si esto hubiese bajado el volumen
en algún momento…
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