Increíble como esas caras recogen los efectos de lo que el príncipe hacía durante su intervención. Una amiga queridísima ha querido escribir algo sobre este post pero cada vez que comienza, pone el video, termina entre sollozos y se va. Besos. Oye, me gusta la nueva versión de tu blog aunque me paso apagando la radio para poder leer. Manías mías.
(L os cangrejos baten palancas ante el envío crustáceo de la Liceaga-Rojas a nuestro blog. Boca del cangrejo (aka) Manglaria emerge pausado de su latencia , como esa criatura que en el litoral excava su vida otra. Se despejan arenas para el luto de la poeta de cara al mar. lbm ) Del libro inédito Amaratada Yara Liceaga-Rojas voy a tu encuentro sal Madre dicen los niños cuando estamos sumergidos, chapoteando mirando al lugar donde te dejamos de espaldas a la Villa Pesquera dicen que ya debes haber llegado a China con la boca diciendo peces palabras saladas haciendo corales de viento recorriendo el planeta como deseos animados labor de dibujos de agua dicen China como medida de distancia extendiéndote en su mente y la idea del infinito que se filtra por lo dedos cuando hacemos una cacerolita con las manos con el reguero tuyo líquido que dispersa a donde fuiste lanzada cenicienta, particulada dicen China y...
Tainificar(nos) Juan Carlos Quintero-Herencia Ante los terremotos y la erosión ética que descarga —cual esfínter—la política y las administraciones gubernamentales sobre la ciudadanía, los puertorriqueños podríamos considerar regresar a la edad de piedra. Pero regresemos todos, todas las clases sociales, todas las identidades, de manera absoluta, a instaurar una soberanía impermeable a la historicidad y las éticas democráticas: un altar viviente a la corrección de los martirizados por la anomia centenaria, como también un templo para el ay-bendito y los por-pocos que la ineptitud bienintencionada de tantas administraciones ha producido. Quien no regrese, por supuesto, seguirá siendo lo que es, un traidor. Así matamos dos penurias de un tiro. Por un lado, construimos una sociabilidad tribal abierta, orgullosa de ser lo que es, que ya no esconda su condición y parentesco con la feligresía hegemónica de todos los días. Por el otro lado, honramos, de una vez...
De la felicidad: Roberto Roena y su Apollo Sound Juan Carlos Quintero Herencia Pocas veces la vida (incluso para algunos es una imposibilidad perfecta y cruel) nos regala la imagen nítida de la felicidad. La experiencia de sentir y saber que este es el momento que se quiere habitar y que ese es el momento que hay que proteger y cuidar. No interesa su fugacidad ni su escasez históricas. El momento de la sensación que nos hace sentir vivos cuando todo allí es gozo y amplitud y lo demás no importa. En mi caso, estas imágenes son siempre el aparecer de un cuerpo y el estar ahí mientras se da y exhibe su belleza, cualquiera de ellas. Demasiadas de estas imágenes, como ya sabrán algunos, en mi, pasan por la escucha y sobre todo por un recorrer, por un recorrido. Roberto Roena es una constante en la banda sonora donde respiro y habito. Ahí está, más bien por ahí viene, mientras miro mis zapatos y la acera frente a la casa de doña Gloria, la cocinera que abría su casa todos los med...
Bienvenido Motete. Estás cabrón.
ResponderBorrarY por favor no me hagas reir tanto que se estilla la pámpana. Mira la hora mijo...
La cara de Marco Antonio Muñiz, las flores y esa voz que saborea su dolor.
¿Cómo se deletrea cantante nowadays?
Abusador.
y qué tú me dices de las caras de la gente del público
ResponderBorrar:-O
Increíble como esas caras recogen los efectos de lo que el príncipe hacía durante su intervención. Una amiga queridísima ha querido escribir algo sobre este post pero cada vez que comienza, pone el video, termina entre sollozos y se va.
ResponderBorrarBesos.
Oye, me gusta la nueva versión de tu blog aunque me paso apagando la radio para poder leer. Manías mías.