El cruce de las criaturas: devenires y visibilidad de Marta Pérez García Juan Carlos Quintero Herencia -Tomado de http://www.botello.com/ - ¿ Cómo mirar aquello que se distingue justo en el instante que anuncia su desaparición? ¿Cómo destacar esa imagen cuya especificidad posee la lógica de un cruce, de un atravesar (y de un atravesarse en ) nuestra habilidad para percibirla? ¿Cómo particularizar eso que es un objeto, eso que ya es un cuerpo, pero que deviene trazo enlazado a otro y en ese abrazo se desfigura? La saturación y las superposiciones disfrutan muchísimo confundiendo a ese ojo que necesita decantar, discernir. La claridad, la nitidez no es el asunto de esta exhibición de Marta Pérez García. Ante sus cuadros se nos atraviesa un tour de force de lo que puede caber o verse en una dimensión. Cuando comenzamos a recortar el contorno de una criatura, la saturación nos la lleva a otro registro. Lo que se ha visto, cruza, lo que se vio apenas se ha desplazado y su trazo es un acop
De la felicidad: Roberto Roena y su Apollo Sound Juan Carlos Quintero Herencia Pocas veces la vida (incluso para algunos es una imposibilidad perfecta y cruel) nos regala la imagen nítida de la felicidad. La experiencia de sentir y saber que este es el momento que se quiere habitar y que ese es el momento que hay que proteger y cuidar. No interesa su fugacidad ni su escasez históricas. El momento de la sensación que nos hace sentir vivos cuando todo allí es gozo y amplitud y lo demás no importa. En mi caso, estas imágenes son siempre el aparecer de un cuerpo y el estar ahí mientras se da y exhibe su belleza, cualquiera de ellas. Demasiadas de estas imágenes, como ya sabrán algunos, en mi, pasan por la escucha y sobre todo por un recorrer, por un recorrido. Roberto Roena es una constante en la banda sonora donde respiro y habito. Ahí está, más bien por ahí viene, mientras miro mis zapatos y la acera frente a la casa de doña Gloria, la cocinera que abría su casa todos los mediodías fr
Píntame angelitos negros Edgardo Rodríguez Juliá Tomado de El Nuevo Día, 24 de febrero de 2008 La pregunta no es si los norteamericanos están preparados para un presidente negro. Sería, más bien, si los puertorriqueños estamos preparados para un gobernador prieto, de color, negro o mulato, dinga o mandinga, carabalí, cuarterón o jabao, gulembo, con el pelo kinky o simplemente de complexión taína, como Willie Miranda Marín. Ya tuvimos una mujer gobernadora y se nos fue de shopping binge a Plaza Las Américas, dejando al país, lo mismo que su antecesor, en bancarrota. Barak Obama parece que no tiene mucho futuro entre los puertorriqueños de allá. Dice doña Tita Dalmau en entrevista exclusiva para El Nuevo Día, María’s Place de la Marketa: “No voto por negros. Para negra, yo”. Marisol Sánchez abunda sobre la antipatía ancestral de la comunidad puertorriqueña hacia los afroamericanos, los “morenos” de allá, con sus maneras resentidas y modos intimidantes: “Los morenos se creen dueños de las
Babel:
ResponderBorrarNo me agarres la camisa, no me jales por la manga. A ver si te cuelo como keynote en el 2009.
Vuelve,
Otoh-boto
Linda me oiré en un cubo y con esta voz.
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