El cielo del espermatozoide
El espermatozoide del hombre se parece de manera extraña al hombre, a su cáracter, quiero decir.
El físico del óvulo de la mujer se parece sorprendentemente al carácter de la mujer.
El uno y el otro son muy pequeños. El
espermatozoide es muy, muy pequeño y verdaderamente embargado por una
idea fija. El óvulo expresa a la vez el tedio y la armonía. Su
apariencia es casi la de una esfera.
No todos los espermatozoides son como los del
hombre, ni mucho menos. El del cangrejo, y más aún el del cangrejo de
río, se asemeja a la corola de una flor. Sus brazos flexibles, radiados
no parecen andar buscando una hembra, sino el cielo.
No obstante, dada la reproducción regular de los cangrejos, suponemos que no sucede así.
De hecho, nada sabemos del
cielo del cangrejo, aunque mucha gente haya llegado a atrapar a los
cangrejos por sus patas para observarlos. Sabemos menos aún del cielo
del espermatozoide del cangrejo. Henry Michaux, (traducción lbm)